Las discográficas negocian con Suno y Udio: ¿La historia se repite?
- María José Clutet
- 9 jun
- 3 Min. de lectura
Universal, Sony y Warner han iniciado negociaciones de licencias con las plataformas de inteligencia artificial Udio y Suno, tras haberlas demandado por presunta infracción de derechos de autor el año pasado. Sin embargo, artistas y autores advierten que, una vez más, se les podría dejar fuera de la mesa de negociación, reviviendo la experiencia de los primeros acuerdos con servicios de streaming.

A mediados de 2024, las majors presentaron demandas contra Udio y Suno por utilizar grabaciones y composiciones musicales para entrenar sus modelos de generación de música sin licencia ni compensación a los titulares de los derechos. Ahora, las empresas discográficas buscan resolver estos litigios acordando pagos —tanto en forma de tarifas como de participación accionarial— que pongan fin al proceso judicial.
No obstante, el alcance preciso de la remuneración que recibirán los creadores cuyos trabajos sirvieron de materia prima para estos sistemas de IA sigue siendo un misterio. Hasta la fecha, ningún representante de las plataformas ha detallado cómo se distribuirán los ingresos entre compositores, músicos de sesión o productores.
Phil Kear, secretario general adjunto de la Musicians' Union del Reino Unido, plantea preguntas clave: “¿Se buscará el consentimiento de los creadores musicales? ¿Qué porcentaje de los ingresos por licencias recibirán?” Kear celebra que finalmente las plataformas de IA «vengan a la mesa» para negociar, pero advierte el riesgo de que las majors emitan licencias basadas en contratos históricos sin consultar de nuevo a artistas, productores y compositores. “Llevamos más de quince años intentando obtener una parte justa tras los primeros acuerdos de streaming; esto se siente como historia que se repite”.
Por su parte, Tom Gray, impulsor de la campaña #BrokenRecord y presidente de la Ivors Academy, denuncia la posible renuncia de control por parte de los creadores: “Estos acuerdos podrían autorizar a las compañías de IA a ingerir las obras sin permiso individual y sin ofrecer a los creadores opción de ‘opt-in’ u ‘opt-out’”, explica Gray.
Según él, las mismas discográficas que respaldan la iniciativa Make It Fair —que exige respeto al copyright en IA— estarían dispuestas a ceder derechos de sus artistas “por el precio adecuado”. “Quienes defienden la equidad parecen estar más interesados en lucrarse. Ojalá me equivoque”, lamenta Gray.
Implicaciones en el debate legal y político.
La disputa coincide con un intenso pulso político en EE UU sobre si el entrenamiento de IA entra dentro del “fair use” o requiere licencias. Aunque Udio y Suno apostaban inicialmente por la defensa de uso justo, su disposición a negociar sugiere un cambio de postura ante la presión de las majors y sus inversores.
Además, un informe reciente de la Oficina de Copyright de EE UU reconoce que, en algunos casos, el entrenamiento de IA podría acogerse al uso justo, pero que en otros sería necesaria la obtención de licencias. Este estudio favorable al sector creativo fue precisamente el detonante para que el presidente Trump relevase a su director, configurando un escenario aún más incierto. ¿Un precedente para futuras negociaciones?
Si los acuerdos se cierran, podrían sentar jurisprudencia y abrir la puerta a negociaciones similares con otros agentes de IA musical. Ello reforzaría la exigencia de que todos los creadores tengan voz y voto antes de que sus obras se utilicen para entrenar modelos generativos, un clamor que ya cuentan con el apoyo de organizaciones como FAC, MPG y MMF.
No obstante, las conversaciones podrían fracasar y mantenerse las demandas en los tribunales. En última instancia, el desenlace de estas negociaciones determinará si la industria respeta la experiencia acumulada tras los retos del streaming o vuelve a repetir los mismos errores.
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