Cómo proteger y aprovechar tus derechos de autor en la música.
- María José Clutet

- 22 sept
- 4 Min. de lectura
En este artículo te ayudamos a ir más allá de las definiciones y llevar a la práctica conceptos del derecho de autor. Aprenderás a registrar tus canciones con sello de tiempo a través de blockchain, documentar coautorías y analizar contratos con criterio para proteger tus derechos. Para ello, te compartiremos 8 consejos para pasar de la teoría a la acción.

Entender los conceptos de propiedad intelectual es el primer paso para cuidar tu trabajo creativo. Pero lo que realmente marca la diferencia es saber cómo ponerlos en práctica para resguardar tus derechos, evitar conflictos y generar ingresos de manera profesional.
Este artículo profundiza en los términos clave del mini-glosario que compartimos en Instagram para llevarlos a la acción con ejemplos, pasos concretos y tips para artistas, productores y gestores.
1. Autoría: el origen de todo.
La autoría es el punto de partida de cualquier estrategia legal. Identifica quién es la persona (o personas) que crearon la obra.
Por qué importa: Ser reconocido como autor te da derechos exclusivos sobre la reproducción, distribución y comunicación pública de tu obra.
Ejemplo real: Si escribes la letra de una canción y otra persona compone la música, ambos son coautores. Dejar constancia de ese acuerdo desde el inicio evita conflictos futuros sobre porcentajes de regalías.
Acción práctica:
Firma un acuerdo de co-autoría cuando trabajes en equipo.
Documenta todo: mails, chats, demos. Son prueba de participación creativa.
2. Derecho de autor: tu escudo legal.
El derecho de autor es el marco jurídico que protege tu obra desde el momento en que la creas, aunque no esté registrada. Aunque se recomienda que lo hagas.
Por qué importa: Te otorga derechos morales (como el de ser reconocido como autor) y patrimoniales (cobrar por el uso de tu obra).
Contexto: Aunque la protección es automática, el registro facilita demostrar la autoría ante terceros y simplifica trámites para licencias o demandas.
Acción práctica:
Considera registrar tu obra en la oficina de derecho de autor en tu país, y resguardar tus derechos con un registro digital, seguro y rápido en la blockchain de Bitcoin con Artsigna.
Si distribuyes digitalmente, asegúrate de ingresar correctamente el nombre de los autores en las plataformas. Una metadata correcta es imprescindible para la atribución de compensaciones.
3. Obra original: creatividad con protección
Una obra original no es cualquier expresión de una idea: debe tener un mínimo de creatividad y estar expresada en una forma tangible (grabación, partitura, letra).
Por qué importa: Solo las obras originales pueden recibir protección legal.
Ejemplo: Una idea como “quiero escribir una canción de amor” no está protegida, pero la letra y melodía que resulten sí lo están.
Acción práctica:
Guarda evidencia de tu proceso creativo: archivos de audio, notas, partituras.
Usa herramientas de respaldo con sello de tiempo como Artsigna.
4. Sello de tiempo: la prueba objetiva
Un sello de tiempo es una certificación digital que indica la fecha y hora exacta de creación o registro de un archivo.
Por qué importa: En caso de disputa, es una de las prueba para demostrar que tu obra existía en una fecha determinada.
Ejemplo: Si dos personas reclaman haber escrito la misma canción, el sello de tiempo puede definir quién la registró primero.
Acción práctica:
Usa plataformas como ArtSigna para registrar tu obra y obtener un sello de tiempo automático.
Aplica este paso no solo a canciones terminadas, sino también a demos y bocetos de letras.
5. Blockchain: seguridad y trazabilidad
La blockchain es una base de datos descentralizada que registra transacciones de forma inalterable.
Por qué importa: Permite dejar evidencia permanente de tu autoría y facilita el seguimiento de cambios y cesiones de derechos.
Contexto: A medida que crece el mercado de NFTs y contratos inteligentes, blockchain se está convirtiendo en un estándar para probar propiedad y distribuir regalías.
Acción práctica:
Aprovecha el registro en blockchain de herramientas como ArtSigna.
Si trabajas con un sello o publisher, pregunta si usan contratos inteligentes para automatizar pagos.
6. Contratos: donde todo se formaliza
Un contrato es un acuerdo de voluntades entre dos o más partes, mediante el cual se crean, modifican o extinguen derechos y obligaciones de carácter jurídico. En la industria musical, los contratos pueden tomar distintas formas: contratos discográficos, de management, de edición musical, de sincronización, de distribución digital, entre otros. Claves a revisar:
Duración: por cuántos años cedes derechos.
Territorio: local, regional o mundial.
Derechos cedidos: reproducción, sincronización, merchandising.
Regalías: porcentajes y formas de liquidación.
Acción práctica:
Lee detenidamente y pide asesoría legal si algo no está claro. Puedes comenzar utilizando Wolfie AI que cuenta con un módulo exclusivo para revisión de contratos.
Negocia cláusulas que te permitan recuperar derechos si el contrato no se ejecuta o no cumple objetivos.
7. De la protección a la monetización
La protección legal de una obra no es un fin en sí mismo, sino el punto de partida para su explotación económica. Una canción, una producción audiovisual o una composición instrumental, una vez registrada y documentada, se convierte en un activo intangible que puede generar ingresos de distintas maneras. Fuentes de ingreso:
Regalías por streaming y venta digital. Licencias de sincronización (cine, TV, anuncios).
Ejecuciones públicas (a través de sociedades de gestión).
Acción práctica:
Mantén un catálogo organizado con datos de registro, autores y porcentajes de cada obra.
Actualiza regularmente tus metadatos en plataformas y sociedades de gestión.
8. Mantente al día con las tecnologías
Las herramientas legales y tecnológicas evolucionan rápidamente. La inteligencia artificial, por ejemplo, ya está cambiando la forma en que se detecta plagio, se distribuyen regalías y se crean obras.
Acción práctica:
Participa en capacitaciones y webinars sobre propiedad intelectual y tecnología.
Explora herramientas que automaticen tareas de gestión de derechos.
El conocimiento es poder, pero solo si se aplica. Tu música es un activo valioso: protégela, documenta cada paso y usa los recursos legales y tecnológicos a tu favor para transformarla en ingresos.






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