Bienvenidos a la primera parte de #Blockchainymúsica, una serie de dos artículos dedicados a analizar qué es exactamente blockchain y cómo está cambiando la industria musical.
Hace unas semanas ya hablamos en nuestro blog de criptomonedas y música, una relación que tiene cada vez más sentido gracias a los NFTs. Hoy vamos a desgranar un poco más en qué consiste todo esto y porqué es tan interesante -musicalmente hablando-.
Estoy segura de que todos los que tenemos algo que ver con la industria musical llevamos unos meses oyendo hablar de conceptos como Blockchain, Ethereum, Big Data, NFTs, Bitcoin. Pero, ¿por qué está todo el mundo tan obsesionado con este tema? ¿Qué tiene que ver todo esto con la música? ¿Cómo se pueden aplicar estos conceptos si eres un artista? La respuesta a esta y otras muchas preguntas la tendrás aquí abajo. Pero antes de empezar es necesario que nos pongamos en situación.
Adios Banco.
Imaginemos que Stefani quiere enviarle 100€ a José. Lo normal es que esta operación se realice a través de un banco. Ese banco actúa como intermediario de esa y muchas otras operaciones, centralizando de forma efectiva el movimiento de dinero de un lado para otro.
Stefani le pediría a su banco que retirara 100€ de su cuenta y los transfiriese a la cuenta de José. Y, en apenas unas horas (dependiendo de la efectividad del banco, claro) Stefani tendrá 100€ menos y José 100€ más.
Esa gestión no ha necesitado de un ir y venir de dinero de un lado para otro, si no que simplemente ha habido uno o dos bancos que se han encargado de hacer que el dinero vaya de una cuenta a otra con un simple cambio en los balances.
Todo maravilloso y fantástico, quitando una cosa, que ni Stefani ni José tienen control alguno sobre el proceso, del que solo esos bancos tienen toda la información. Los dos dependen de esos bancos y de su manera de hacer las cosas, y están sujetos a sus condiciones y a sus comisiones, por supuesto.
Y ahora imaginemos que Stefani es Lady Gaga y José es J Balvin. Y que el banco es -por poner un ejemplo- Universal Music Group.
Pues así funciona la industria musical. Y es que los músicos (autores y compositores) solo ganan el 12% del total de las ventas realizadas por la industria musical, cuya facturación asciende a 43.000 millones de dólares al año.
Hola Blockchain.
Pero entonces, ¿qué es exactamente blockchain? Sé que estabais deseando que llegáramos a esta parte, así que aquí está la respuesta. Según Wikipedia, blockchain es:
Una estructura de datos cuya información se agrupa en conjuntos (bloques) a los que se le añaden metainformaciones relativas a otro bloque de la cadena anterior en una linea temporal.
Tranquilos, yo me quedé igual cuando leí esto por primera vez. Y es que, entender qué es blockchain a nivel informático es prácticamente imposible, a no ser que seas un crack de las matemáticas y de los sistemas de datos. Así que, suponiendo que no lo eres, lo esencial es entender que blockchain es una especie de base de datos enorme que almacena cualquier información de valor y mediante la cual se puede llevar a cabo transacciones. ¿Os suenan las Bitcoins, verdad? Pues estas no son más que una blockchain en la que se almacenan datos de valor económico. Esta base de datos se encuentra descentralizada, por lo que “todo el mundo” puede tener acceso sin pasar antes por el intermediario (propietario) de esta.
¿Y qué tiene que ver todo esto con la industria musical?
Antes de nada, debemos entender que el objetivo principal de blockchain dentro de la industria de la música es unir a todas las partes interesadas, dentro de una misma plataforma y en definitiva, facilitarnos la vida a todos. No se trata de eliminar intermediarios de la cadena de valor, Blockchain no va a cargarse de un plumazo a las discográficas o editoriales, que obviamente aportan muchísimo valor. No se trata de eliminar, sino de descentralizar, para que todo sea más fácil, confiable y justo.
En el gráfico anterior podemos ver cómo sería la cadena de valor de la industria musical gracias a la tecnología blockchain. Se pasaría de una cadena de valor lineal donde la jerarquía está claramente centralizada en unos pocos, a una cadena de valor circular donde todos los actores de la industria estarían al mismo nivel, tendrían el mismo conocimiento de los datos y serían participes en la creación y consulta de toda la información.
Los creadores de música publicarían sus canciones directamente en la red blockchain, sin necesidad de tantos intermediarios. Después las plataformas impulsadas por estas redes llegarían a los consumidores, reduciendo los costes transaccionales, permitiendo a los artistas/autores acceder a los datos generados por las transacciones y creando un sistema más eficiente para el pago de royalties.
Por otro lado, las editoriales en lugar de actuar como recaudadoras de ingresos y representantes de la Propiedad Intelectual de los músicos, continuarían brindando asistencia técnica, de producción y de marketing, pero serían las etiquetas de registro las que recaudarían la información de su uso, así como la correcta monetización de los autores. Blockchain proporcionaría responsabilidad y transparencia con respecto a los pagos de royalties, incluida la participación de intermediarios.
Y hasta aquí por hoy, que tampoco es cuestión de saturarnos con demasiada información. En el próximo artículo de la serie #Blockchainymúsica hablaremos de cuáles son las aplicaciones reales de esta tecnología en la industria musical, como por ejemplo, los contratos inteligentes, propiedad intelectual, NFTs, nuevas oportunidades de negocio y mucho más.
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