Durante décadas, la industria musical fue conocida por sus prácticas poco éticas y desiguales, donde los grandes sellos discográficos han dominado el mercado y explotado a los artistas emergentes. En los últimos años ha surgido un nuevo paradigma que promete transformar este panorama. En este artículo, analizaremos los obstáculos que enfrentamos en la actualidad y las herramientas necesarias para garantizar la transformación del sector.
Somos conscientes de la necesidad de crear un ecosistema musical más transparente y equitativo. En esta guía de supervivencia, haremos un intento por analizar los desafíos históricos que enfrentan los artistas y las soluciones innovadoras que están surgiendo para devolverle la industria a quienes la crean.
Para comenzar, ¿Cuáles son los factores que intervienen en la desigualdad de la industria musical? Aquí trataremos de dar una respuesta:
1- La concentración en la industria musical
La industria musical tiene una trayectoria plagada de prácticas abusivas hacia los artistas, que se remonta a principios del siglo XX. Desde los vínculos con el crimen organizado hasta los complejos sistemas contables que retienen injustamente las regalías, el sector ha sido notorio por su falta de ética.
Tras la Segunda Guerra Mundial, un puñado de grandes sellos discográficos consolidó su dominio a través del control de la producción, distribución y comercialización. Esto les permitió imponer contratos leoninos a los talentos emergentes, obligándolos a ceder los derechos de sus obras y aceptar repartos desiguales de las ganancias.
A pesar de que en las décadas de 1980 y 1990 hubo un creciente interés por la responsabilidad social empresarial, las enormes barreras de entrada y la estructura oligopolística de la industria musical han perpetuado un siglo de malas prácticas. Los "Tres Grandes" (Sony Music, Warner Music y Universal Music) siguen dominando el negocio, en detrimento de la gran mayoría de los músicos independientes.
Según un reporte de MIDiA Research, Universal Music Group tiene aproximadamente un 31.8% del mercado, Sony Music Entertainment sigue con un 22.6% y Warner Music Group posee un 15.6%. En conjunto, estas tres discográficas controlan alrededor del 70% del mercado global de música grabada.
2- La brecha de información perjudica a los artistas.
Un factor clave que ha perpetuado la explotación de los músicos es la falta de transparencia en la cadena de valor de la música. La compleja infraestructura de derechos de autor, con múltiples intermediarios y regímenes legales, ha dado lugar a ineficiencias y opacidad que vulneran a los creadores.
La revolución digital ha exacerbado este problema, generando un torrente de datos que los artistas a menudo desconocen cómo procesar. No saben cuánto se les debe ni cuándo lo recibirán, lo que los hace presa fácil de las empresas que controlan el flujo de ingresos.
Sabemos que esta brecha constituye un desafío, pero ¿Cómo superarla? Sin dudas, empoderando a los artistas mediante el acceso a la información y propulsando el uso de tecnologías que permitan a los creadores recuperar el control sobre su música. En cuanto existan herramientas que brinden mayor transparencia, los artistas tendrán mayor visibilidad sobre sus flujos de ingresos.
3- Contratos leoninos y Derechos de Autor desiguales.
Otro obstáculo histórico que han enfrentado los músicos son los contratos abusivos impuestos por los sellos discográficos. Estos acuerdos han obligado a los artistas a ceder la mayoría de los derechos sobre sus creaciones, limitando su capacidad de negociación y su poder de mercado.
Además, el reparto de regalías entre editores y sellos ha sido tradicionalmente muy desequilibrado, con los segundos quedándose con alrededor del 85% de los ingresos. Esto ha dejado a muchos creadores, especialmente aquellos que no realizan giras, en una situación de precariedad.
4- El impacto de los servicios de streaming.
La irrupción de los servicios de streaming de música ha planteado nuevos desafíos para los músicos. Mientras que las plataformas como Spotify han logrado reducir la piratería y ofrecer a los consumidores un acceso sin precedentes a un vasto catálogo musical, los artistas a menudo perciben ingresos irrisorios por estas transmisiones.
Spotify paga a los artistas a través de un modelo basado en las regalías generadas por las reproducciones de sus canciones. Los pagos se distribuyen proporcionalmente entre los titulares de derechos según la participación de sus reproducciones en el total de reproducciones en la plataforma.
Sin embargo, la falta de transparencia en la explotación de la música en plataformas digitales y el cálculo de regalías digitales es otra preocupación clave para los artistas. Según una encuesta realizada por la Organización Internacional de Artistas (IAO), el 64,7% de los artistas firmados con sellos discográficos reportaron una falta de transparencia en estos aspectos.
Recientemente, Spotify anunció un nuevo modelo de pago de regalías que establece un umbral de 1000 reproducciones por pista. Solo las canciones que superen este umbral serán elegibles para recibir pagos de regalías, poniéndolo aún más difícil para los artistas emergentes.
Hasta aquí, hemos realizado un resumen de las principales problemáticas que afectan a un puñado de talentosos artistas que buscan destacarse en un mundo concentrada. Pero, ¿Cuales son las herramientas del kit de supervivencia?
1- Fomentar la transparencia y equidad en la cadena de valor.
Muchas veces se piensa sobre la necesidad de realizar ajustes legales. Pero mas alla de eso, es crucial fomentar la transparencia y la equidad en toda la cadena de valor de la industria musical. Los artistas, sellos discográficos, plataformas digitales y organismos reguladores deben colaborar para establecer prácticas justas y sostenibles que beneficien a todos los involucrados.
Esto puede incluir la implementación de contratos más equilibrados, la adopción de modelos de negocio innovadores, y la promoción de una mayor conciencia sobre los derechos y las compensaciones justas para los creadores.
2- Promover la innovación y la creatividad.
En última instancia, una industria musical sana y próspera depende de la capacidad de los artistas para crear y compartir su arte sin restricciones injustificadas. Al garantizar una participación justa en los ingresos generados por su trabajo, se fomenta un entorno propicio para la innovación y la creatividad, beneficiando no solo a los artistas, sino también a los consumidores y a la sociedad en general.
Una profunda transformación requiere un mayor enfoque tecnológico y compromiso con la transparencia. En tal sentido, la integración de blockchain e inteligencia artificial en la industria musical puede transformar significativamente la forma en que se gestionan y distribuyen los ingresos. Estas tecnologías prometen una mayor equidad y transparencia, permitiendo a los artistas recibir una compensación justa por su trabajo y reduciendo la brecha entre los grandes sellos y los artistas independientes.
3- Mayor acceso a la información.
La falta de conocimiento sobre los derechos adquiridos y la incertidumbre sobre cómo ejercerlos de manera efectiva son obstáculos importantes que deben abordarse. Se requiere una mayor educación y orientación, tanto para los artistas como para los sellos discográficos y plataformas de streaming, sobre cómo cumplir con las legislaciones y capitalizar estos derechos de manera justa y equitativa.
Solo a través de una comprensión profunda y un compromiso conjunto podremos restablecer el equilibrio en la industria musical y asegurar que los artistas reciban la remuneración justa que merecen por su invaluable contribución al arte y la cultura.
Es esencial empoderar a los artistas mediante la educación y el acceso a recursos que les permitan comprender y defender sus derechos de manera efectiva. Los sindicatos, organizaciones y mentores desempeñan un papel crucial en este aspecto, brindando asesoramiento, capacitación y apoyo a los artistas en todas las etapas de sus carreras.
4- Explorar en nuevos modelos de financiación.
En la industria musical actual, los artistas enfrentan numerosos desafíos financieros, especialmente cuando se trata de financiar la producción de nuevos proyectos, giras, y campañas de marketing. Afortunadamente, han surgido nuevos modelos que ofrecen soluciones innovadoras para superar estas barreras.
En tal sentido, se destaca el modelo de financiamiento basado en adelanto de regalías donde los artistas reciben un pago sobre los ingresos futuros que generaren su música. Este método permite a los músicos acceder a fondos inmediatos sin tener que esperar a que sus canciones generen ingresos a lo largo del tiempo.
Por supuesto que esta guía no pretende dar soluciones cerradas, sino abrir el debate hacia una industria musical más justa y equitativa. Aun queda mucho por hacer para garantizar que los artistas reciban una remuneración justa y proporcional en la era digital.
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