Artistas independientes demandan a Suno y Udio por uso indebido de sus obras.

La acción legal impulsada por Anthony Justice busca representar a la totalidad de los artistas independientes en Estados Unidos. Según la demanda, mientras las grandes discográficas han iniciado litigios para proteger sus derechos, son los músicos independientes quienes quedan al margen y sin una solución efectiva ante la utilización de sus obras para entrenar modelos de IA.

La demanda destaca un problema central en la industria musical actual: la disparidad en la representación de derechos entre los grandes sellos y los artistas independientes. Aunque el litigio de las discográficas ha batido en distintos tribunales, Justice argumenta que las firmas y estudios implicados se focalizan en reclamar sobre los pocos éxitos y catálogos controlados por los majors. En contraste, la mayoría de la música disponible en plataformas como Spotify y YouTube proviene de artistas independientes, quienes constituyen la base para el entrenamiento de algoritmos de inteligencia artificial. El argumento central de la demanda es que, al utilizar estas piezas sin autorización, se vulnera no solo el derecho de autor, sino también la integridad y el valor creativo de una gran parte del contenido musical.

El episodio sitúa a Suno y Udio en el epicentro de un debate sobre la ética y la legalidad de utilizar datos disponibles en internet para mejorar la tecnología de IA. Los modelos de aprendizaje automático se benefician del acceso a grandes volúmenes de información; sin embargo, la popularidad de las pistas o el recuento de reproducciones carece de relevancia en el proceso de entrenamiento de la máquina. De esta manera, incluso los sencillos y producciones de bajo alcance se vuelven cruciales para el rendimiento del algoritmo. Un ejemplo similar se observa en otras industrias creativas, donde la falta de regulación sobre el uso de obras en entornos digitales genera tensiones entre innovadores tecnológicos y creadores tradicionales.

Además, cabe considerar que los acuerdos y licencias que puedan forjarse entre las grandes discográficas y las compañías de IA difícilmente abarcarán el extenso catálogo independiente. La demanda de Justice plantea un escenario en el que la masividad de obras de artistas emergentes y autónomos queda rezagada en comparación con el control que ejercen los grandes jugadores. Este litigio no solo pone en evidencia la necesidad de normativas específicas en torno al uso de contenidos con fines tecnológicos, sino que también subraya la urgencia de una mayor protección para quienes constituyen la columna vertebral de la diversidad musical.

La demanda colectiva contra Suno y Udio puede sentar un precedente importante en la regulación del uso de música para entrenar inteligencias artificiales. La discusión se enmarca en un debate más amplio sobre la accesibilidad, la propiedad y la ética en el empleo de tecnologías que transforman la manera de producir y consumir arte.